*Ye: En asturiano significa "es" ¿Esto que ye? Significa ¿Esto que es?
miércoles, 23 de octubre de 2024
VIDA CAMPESTRE
El sol sale en la aldea y sus rayos se cuelan entre los árboles y montañas que la rodean. Algunos pájaros comienzan a cantar, el gallo pregona con su kikiriki, y en mi cabeza empieza a sonar “la primavera de Vivaldi”, mientras me desperezo y el bicho negro le da lametones a un dormido dragón agarrado al tarro de Nutella entre el gabacho y yo.
-¡¡Puahhhj¡¡ - dice mi amigo rosa cuando abre un ojo y ve las babas de Ami.
-¡¡Guau¡¡-Lucas ladra intentando avisar de que tiene que micionar y comienza el día.
Vivir en una pequeña aldea es una aventura increíble para una urbanita y he de reconocer que los primeros días pensé que realmente me había trasladado a otra dimensión donde los tiempos, las costumbres incluso el idioma se había alterado.
Una cosmopolita como yo acostumbrada a los cambios de ciudad, de trabajo , a viajar y conocer cada día algo nuevo. Y de pronto me encontré como una niña pequeña descubriendo un nuevo mundo en esa pequeña comunidad de apenas 50 habitantes.
Salir en pijama a mi pequeño patio para desayunar y ver pasar a un pastor con las vacas por delante de mi casa, que te saludase la vecina con un grito que reza “¡Buenos días ne!” ( Tardé en enterarme de que “ne” en el concejo donde habito significa “niña” o “mujer” todavía no lo tengo claro porque se lo llaman a todas da igual la edad), estas eran una de las pequeñas sorpresas que me esperaban en el campo, antes veía el camión de la basura y algún que otro borracho volviendo a casa tras la fiesta de la noche anterior. Aquí solo veías a esas chicas peludas mugiendo, a vecinos cargando con calabacines de sus huertos que te regalaban al pasar por tu puerta o algunos gatos callejeros mirándote como si fueses un invasor que está en su terreno.
- Mola este sitio – Dijo el dragón tras de mi con una toalla colgada del hombro- me voy al viejo lavadero , a falta de bañera ese sitio no está nada mal.
Y ya casi a punto de irse de repente una furgoneta blanca aparcó a 20 metros de mi casa, en la puerta de una de mis vecinas favoritas , la famosa Eloina, ( que si para ti no es famosa no te preocupes que lo será) vemos salir a las vecinas cargadas con bolsas y monederos y se dirigen a la parte posterior del camión donde el conductor con barriga sidrera y afeitado de la última reunión familiar se había posicionado también ante las puertas traseras para abrirlas.
-¿Qué están haciendo?- preguntó el dragón ajustándose las gafas de buceo.
-Ni ideas pero si esto fuese la ciudad no sería algo legal.
-¿Y aquí sí?
– Bueno mientas no se fume supongo que sí. – Respondí sin tenerlas todas conmigo.
Todavía en pijama y con la taza de café a medias me acerqué llena de curiosidad a ver el interior del vehículo y eso era ¡¡INCREIBLE¡¡ ¡Era un supermercado en toda regla , hasta los techos había cestas de frutas, chorizos , legumbres , …. Creo que si le hubiese pedido un aspirado o un bote de tranquimazin rebuscando lo hubiese encontrado.
¡Ríete tu del centro comercial¡ en ese pequeña lata había suficiente para alimentar al pueblo entero durante una pandemia.
-¿¡Pero esto que ye*¡? -dijo el gabacho tras de mi mirando con los ojos como platos.
Eloina siempre la perfecta maestra de ceremonias nos presentó al frutero indicándole que éramos nuevos en el pueblo ( a lo que yo pensé: En el pueblo no , en el mundo) mientras yo todavía tenía cara de haber acabado de aterrizar en otro planeta.
Evidentemente teníamos que comprar, teníamos de todo en casa pero eso de comprar en un camión le daba un aire de tráfico ilegal que incitaba a la compra, además toda las hortalizas pese a no tener buena iluminación y mezclarse todos los aromas de quesos, embutidos y verduras te daba una sensación de que todo era tan artesanal que no podía estar malo , aunque lo que más me animó he decir que fue Eloina. Que con un atronador berrido bendijo al comerciante con una amenza.
- Y como les des algo malo a estos neñus me vas a oír.- le recriminaba.
El tendero me miró y me aseguró que si tenía algún problema con la mercancía se lo dijese a lo que le contesté – De eso nada yo se lo digo a Eloina, tu verás.
Y así nos fuimos a casa 20 metros más allá , cargados como burros de un monto de frutas y verdes lechugas que no necesitábamos pero vamos a ver …. ¿Cuándo fue la última vez que compraste algo que estuviese dentro de un camión? Absolutamente irresistible.
Así que esa semana entre las comprar furtivas en transportes rurales , los regalos de los huertos de los vecinos y la propia del súper hemos comido de lo más sano, me sale el verde por las orejas el único que no parece contribuir a acabar con las comprar es el dragón que como siempre prefiere el tarro de chocolate en un buen lavadero de una pequeña aldea perdida en lo más profundo de Asturias.
Seguiremos informando.
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