Erase una vez que era una Dragón que vivía en una bañera, en un
palacio de cristal, a la orilla de un bosque, a los pies de una colina, en un
lugar en ninguna parte….
Un día el Dragón sintió algo de frío y decidió dormir
hasta que encontrase algún sueño que fuese lo suficientemente cálido.
Y así una mañana de Diciembre el Dragón estiró los brazos se
desperezó con un par de gruñidos de satisfacción y de un brinco se puso en pie.
-Buenos días- dijo mientras se frotaba los ojos al entrar en la
cocina.
-Buenos dí…-contesté por inercia pero acto y seguido
desperté de golpe sintiéndome extremadamente feliz porque mi amigo rosa por fin
volvía a estar en pié.
-¡Dragón estas aquí ¡- proseguí abrazando a mi pequeño amigo
–te he echando tanto de menos.
-¡¡Pffff¡¡ wisheast por
favor – respondió tratando de soltarse- nada de muestras extremadamente
afectivas antes del café-gruñó.
No le hice caso y seguí estrujándolo y besándolo. Antes de
darle su taza preferida con un expresso de
tres capsulas y 8 cucharadas de azúcar…. (Exactamente como le
gusta a los Dragones)
-
¿y bien? – pregunté
-
¿Y bien?- contestó el Dragón haciéndose el
interesante.
Solo respondí con una mirada que traducía “desembucha”. Él solo sonrió con sorna y prosiguió – he soñado bonito, he soñado con cambios.
- -
¿Qué clase de cambios?- interrogue frunciendo el ceño. Su voz sonaba a reto.
-
Eso no lo sé, solo se el camino que vamos a
coger, pero no sé cómo son los paisajes, perdería la gracia si supiésemos eso ¿
no te parece wisheast?
-
-En eso tienes razón. Por cierto te has
despertado justo a tiempo, ¡ya es Navidad¡
-
-¿Navidad?¡¡ Me encanta la Navidad¡¡ ¿Ponemos el árbol
wisheast?¡¡
- - Pensé que no me lo ibas a pedir nunca- respondí enseñándole
un juego de luces de estrellas que había comprado para la ocasión.
Y así el Dragón decidió despertarse, después de unos meses
durmiendo, descansando y soñando con cambios, que poco a poco nos harían crecer
a todos.
Gracias a los tíos
argentinos, rubias de ojos oceánicos, músicos ciudadanos del mundo, franchutes chalados,
gallegas despertador, brujas Granadinas, polacos sigilosos, danzarinas de las montañas y a todos los que estaban esperando a que el Dragón dejase
de bostezar.