Si quisiese contar uno por uno a los habitantes de Sabadell,
solo debería ir a su fiesta mayor e ir al concierto de Lluís Coloma (clásico de
todos los años).
Era mi primera vez, y
ya sabes que la primera vez se vive con cierto recelo e
incertidumbre. Lluís Coloma al piano orquestaba a un ejército de músicos;
una batería fuerte y medida en cada golpe, un bajista “muy alto” que más que tocar las cuerdas de su
instrumento parecía bailar con su pareja, mientras toqueteaba sus cuerdas como si mas
que manos fuesen tarántulas veloces subiendo y bajando por el traste a una velocidad de infarto. Los
cuatro instrumentos de viento, provocaban huracanes a las órdenes de un
pianista de boogie booguie, que estremeció la plaza del ayuntamiento donde no
podría haber colocado ni un alfiler.
La fiesta aumentaba a cada tacto en sus teclas, los dedos
eran bailarinas danzando por el piano, emitiendo sonidos a una velocidad de
vértigo emocionándonos al tocar la mas famosa habanera en una tímida
intervención de todo el público y haciéndonos reír acto y seguido en una
melodía donde fusionaba mil temas desde los Simpson a una melodía de Nokia
pasando por Star Wars. Y todo a ritmo de Boogie boogie.
Hoy no tengo nada mas
que decir, dejo que lo diga él y os aconsejo conocer a su piano, dejando que desde
tu yunque, al martillo e incluso el
estribo vibren a merced de este grande que solo necesita dos manos y un teclado
para que la música llegue al tuétano de
todos nuestros huesos . Buen lunes.