Ir de tiendas con el Dragón es un horror, mientras yo trato de probarme unos pantalones, él hace el tonto paseándose con un vestido de noche imitando a las modelos con cara de pocos amigo.
Dragón estate quieto de una vez.
Me tienes envidia porque soy capaz de andar con tacones mejor que tú.
Lo que hay que oír- dije mientras le veía caminar como un pato mareado. Mientras arrastraba la cola del vestido tres tallas mayor que él. - Menos mal que nadie más que yo te ve Dragón porque estas ridículo.
Pues a mi me parece que este color me sienta fenomenal. - decía mientras se miraba al espejo.
Pues estos pantalones me sientan de pena -dije imitando las posiciones del dragón. -Anda vamos a otra tienda.
Volviendo ya a casa sin haber encontrado nada que me gustase y habiendo inspeccionado ya todo el barrio, de repente vimos una tienda nueva ¿Como era posible que se me pasase? Se trataba de una zapatería pero lo más curioso es que todos los zapatos que había en el escaparate eran usados y bastante gastados. El Dragón y yo nos miramos y de nuestras cabezas salieron un montón de interrogantes sin comprender nada. Desde luego que no iba a comprar nada así que sin dejar de curiosear las vitrinas buscando pistas de que era exactamente esa tienda empezamos a irnos pero el dragón chocó contra el vendedor que había salido a recibirnos.
¡Buenos días¡ bienvenidos a “En sus zapatos” - dijo con una enorme sonrisa. Era un hombre curioso muy alto, con una enorme barriga y un bigote espeso y curvo, parecía un presentador de circo de los años viente.
Gracias pero yo no ...- empecé a decir sin éxito, pues con gran amabilidad nos introdujo en la tienda y sin parar de hablar empezó a preguntar.
A ver, a ver ¿ Qué tipo de zapatos está buscando?
Pues mire en realidad ninguno, la verdad...
Bueno a mi esas botas de cowboy verdes me gustan- dijo el dragón señalando la estanteria.
Tiene buen gusto señor Dragon- contestó el hombre.
Pero usted puede ver a mi dragón? Por supuesto, no soy un vendedor muy común, en realidad lo que vendo no tiene precio, yo vendo "comprensión"
Perdone pensaba que esto era una zapatería no una librería.
Jajajaja – rió estruendoso el feliz vendedor. - muy divertida si señor.
Llegado a ese momento ya no comprendía nada, a excepción el gabacho y los perros nadie más podía ver a mi dragón ¿quien era ese vendedor? ¿que conocimiento vendía?
Y mientras yo me cuestionaba si había confundido el gelocatil con alguna otra cosa mas fuerte, el dragón ya estaba probandose las botas verdes y su ceño se habia fruncido.
Me están entrando muchas ganas de montar a caballo y de repente tengo una necesidad imperiosa de mordisquear un palillo.
Normal estas botas pertenecen a un ranchero de Alabama que ha crecido entre manadas de caballos y como mastica tabaco pues se saca las hebras con el palillo. Totalmente normal.
Un momento- dije- ¿ Me está diciendo que me puedo probar cualquiera de estos zapatos y que podré sentir lo que siente su dueño?
Exactamente, eso le puedo ayudar mucho para "comprender" por que las personas son como son, en realidad todas reaccionan de según que forma por sus circunstancias.
Wow, pues realmente tengo que probarme alguna...
¿ que tal los del cajero del banco?
¿Ese imbécil? Siempre que me atiende parece que me perdona la vida. No se si me apetece mucho saber más de él.
Puede sorprenderte. ..
Está bien – dije a regañadientes mientras me calzaba unos horrendos mocasines con borlas.
Y de repente, empece a sentir un estrés increíble, sentía sus pensamientos a velocidad de infarto, pensaba en que tenia que cerrar la caja porque aún le quedaban 5 horas de trabajo acumulado y cuanta más gente le entrase menos tiempo tenia para acabarla y tenia que hacerlo sí o sí, ( yo pensaba que cuando daban las 3 se iban a su casa) y si no lo conseguía no le daría tiempo de ir a buscar a su hija al colegio y tendría que avisar a su ex mujer para que fuese y esta aprovecharía para quejarse y hacerle sentir un mal padre, y la echaba de menos a ella y a su hija y …..
...y me saqué corriendo los zapatos.
-¿ Que tal ?- dijo con la amplia sonrisa el vendedor.
-Me aprietan mucho – dije mirándolos con terror.
A él también – respondió con una mirada conciliadora.
¿Y si me pruebo estos de ahí?- dije señalando unos preciosos , esos tenían que pertenecer a alguien muy feliz.
Ah los de una influenciar. Claro adelante – dijo cediéndome el par de zapatos de tacón.
Ayayayaya, como dolian al entrar pero estaban a la moda y sentia una necesidad de ir a la moda, además que ganas de comer chocolate y saber que no podia engordar ni un gramo, en mis fotos de instagram debia estar perfecta, porque las instagramers siempre lo están aunque jamás se me acercan los chicos que me gustan porque solo se me acercan los muy guapos que solo piensan en hacerse selfies pero a mi me encantan los comics y las peliculas de Bruce Lee y no encuentro a nadie con quien pasarlo bien, ninguno de los freakis de la universidad se me acerca porque creen que soy una superficial pero lo que soy es polifacetica, jo que ganas de comerme un tarro de Nutella.
De un salto dejé los zapatos en el suelo y me quedé descalza en lo alto silla. - Mi madre que coñazo de vida.
-Es una adolescente insegura que te puedo decir … - contestó el vendedor. - ¿Alguno más?
No gracias , creo que ya he entendido lo que vende y creo que ya he tenido bastante "comprensión" por hoy.
En ese caso que tengan un buen día señores- se despidió con una reverencia.
Saliendo de la tienda tenia todavía la sensaciones de las vidas de otros y comprendía perfectamente que en ese momento era todo lo que eran capaces de hacer, como todos los demás, como tú querido lector, como yo y como mi Dragón.
Jamás nos paramos a pensar que motivos tienen los demás para actuar como actúan, siempre nos ponemos a la defensiva ante un ataque y quizás solo quizás, es nuestra percepción de las cosas los que hacen que no comprendamos a los demás. Que no nos pongamos en sus zapatos.
Quizás solo quizás si pudiésemos frenar un momento, solo el tiempo que se tarda uno en calzarse, para respirar y preguntarnos ¿Porque es así esta persona? En lugar de sentirnos atacados y enfadarnos y gritarnos y despotricar. Si perdiésemos solo un segundo en preguntarnos eso, puede que la respuesta fuese “te comprendo” .
La mayoría de la humanidad son buenas personas. No es posible que dos buenas personas si se conocen se detesten, tendrán puntos en común aunque uno sea un cowboy de Alabama y el otro un cajero de un banco de Asturias. Pueden tomarse algo juntos y reírse si encuentran la luz que hay en el interior de cada uno de ellos la pregunta es..
¿Cuantos buscamos comprender a los demás?
¿Cuantas cosas podriamos cambiar si pudiesemos ponernos en los zapatos de los demás?
Cuando me giré para volver a mirar la tienda esta se habia convertido en un local abandonado, el vendedor se habia evaporado quizás se habia ido en busca de más zapatos incomprendidos.