Hace mucho tiempo , en un lugar muy cercano, estaba yo esperando el ascensor cuando apareció una mujer, supongo que una vecina, a la que recordaba haber visto antes y a la que no recuerdo haber vuelto a ver. La acompañaba un enorme tiesto con una flores enormes y su color violáceo llamó mi atención. Tras un corto ...y cordial... y sobrio, saludo, es decir un "saludo de ascensor " de esos que haces un gesto con la cabeza y tras el "hola " aprietas los labios, porque no sabes que mas decir y fuerzas una leve sonrisa mientras miras el techo a la espera de que el sonido, que anuncia la llegada del armario elevador, marque su ultima nota con un hueco y sonoro "Cloc cloc" o al menos así suena ese.
Bueno da igual, la historia es que a falta de mapa isobárico, y teniendo en cuenta que la temperatura no era extrema en ninguna de sus dos vertientes, imagino que no había llovido, y desde luego la nieve estaba aun mas lejos de ser una realidad, di gracias a las flores por poder hablar de algo.
- Bonitas flores- dije pensando que nos llevaría a una conversación corta... y cordial... y sobria en la que con un poco de suerte saldrí adel ascensor sin haber visto si alguno de los fluorescentes necesitaba una revisión.
- Si lo son- Respondió corta , cordial y sobria... o no - Se las llevo a mi madre que le encantan son peonias, son muy bonitas y además Bla bla bla bla...
Y bla bla bla bla bla y realmente no tuve tiempo de mirar el techo, solo podía mirar las peonías, sin prestar demasiada atención a las explicaciones de la señora en cuestión, pero feliz de no haber tenido que soportar un tirante silencio.
La verdad es que yo solo contestaba con algún "Aha" , varios "Vaya¡¡" y algún que otro "Que bien" mientras sonreía con la mirada perdida en la lista de tareas del día .
Todo eso me hizo sentir bastante culpable cuando la reina de las peonias se bajó cordial con el enorme tiesto y con una gentileza y amabilidad únicas ,adornadas de una dulce sonrisa me regaló una.
Con un sorprendido gracias y una extrañada sonrisa me despedí y al llegar a casa la puse en un vaso. Realmente es preciosa- Pensé. -Parece un tulipán, que color tan vivo, que simplicidad tan adorable.
No podía dejar de mirarla, y quizás como penitencia, por no haberle hecho demasiado caso a la señora o simplemente porque me apetecía , la mimé durante dias y cual fué mi sorpresa cuando a cada día que pasaba la debía bautizar con un adjetivo nuevos pues sus variaciones de formas eran tan silenciosas y espectaculares a la vez que me parecía mentira que fuese la misma flor.
Los pétalos de una peonía se abren hasta su extremo máximo y de ellos nacen decenas mas que siguen el camino de los primeros y así hasta convertirse en la exuberancia y la explosión de color y vida que la transforma en un regalo para el espectador.
Normal que fuese recordada en mi caja de tesoros , en algún rincón de mis recuerdos, gritandome feliz con todos sus pétalos... Que para poder ver mas allá de las primeras capas de algo o de alguien, hay que apreciarlo, cuidarlo, sentir cuiriosidad y disfrutar del proceso... Y eso incluye a uno mismo.
Feliz lunes
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