lunes, 8 de julio de 2013

CON TODOS SUS PETALOS


Hace mucho tiempo , en un lugar muy cercano, estaba yo esperando el ascensor cuando apareció una mujer, supongo que una vecina, a la que recordaba haber visto antes y a la que no recuerdo haber vuelto a ver. La acompañaba un enorme tiesto con una flores enormes y su color violáceo llamó mi atención. Tras un corto ...y cordial... y sobrio, saludo, es decir un "saludo de ascensor " de esos que haces un gesto con la cabeza y tras el "hola " aprietas los labios, porque no sabes que mas decir y fuerzas una leve sonrisa mientras miras el techo a la espera de que el sonido, que anuncia la llegada del armario elevador, marque su ultima nota con un hueco y sonoro "Cloc cloc" o al menos así suena ese.


Bueno da igual, la historia es que a falta de mapa isobárico, y teniendo en cuenta que la temperatura no era extrema en ninguna de sus dos vertientes, imagino que no había llovido, y desde luego la nieve estaba aun mas lejos de ser una realidad, di gracias a las flores por poder hablar de algo.


- Bonitas flores- dije pensando que nos llevaría a una conversación corta... y cordial... y sobria en la que con un poco de suerte saldrí adel ascensor sin haber visto si alguno de los fluorescentes necesitaba una revisión.


- Si lo son- Respondió corta , cordial y sobria... o no - Se las llevo a mi madre que le encantan son peonias, son muy bonitas y además Bla bla bla bla...


bla bla bla bla bla y realmente no tuve tiempo de mirar el techo, solo podía mirar las peonías, sin prestar demasiada atención a las explicaciones de la señora en cuestión, pero feliz de no haber tenido que soportar un tirante silencio.


La verdad es que yo solo contestaba con algún "Aha" , varios "Vaya¡¡" y algún que otro "Que bien" mientras sonreía con la mirada perdida en la lista de tareas del día .

Todo eso me hizo sentir bastante culpable cuando la reina de las peonias se bajó cordial con el enorme tiesto y con una gentileza y amabilidad únicas ,adornadas de una dulce sonrisa me regaló una.


Con un sorprendido gracias y una extrañada sonrisa me despedí y al llegar a casa la puse en un vaso. Realmente es preciosa- Pensé. -Parece un tulipán, que color tan vivo, que simplicidad tan adorable. 
No podía dejar de mirarla, y quizás como penitencia, por no haberle hecho demasiado caso a la señora o simplemente porque me apetecía , la mimé durante dias y cual fué mi sorpresa cuando a cada día que pasaba la debía bautizar con un adjetivo nuevos pues sus variaciones de formas eran tan silenciosas y espectaculares a la vez que me parecía mentira que fuese la misma flor.


Los pétalos de una peonía se abren hasta su extremo máximo y de ellos nacen decenas mas que siguen el camino de los primeros y así hasta convertirse en la exuberancia y la explosión de color y vida que la transforma en un regalo para el espectador.

No pude evitar las comparaciones, sentir que la vida siempre actua igual, no pude evitar pensar que una peonia es como una vida bien vivida, como una historia bien hecha, empieza hermosa y tímida... Pero si la cuidas, y la admiras... Poco a poco se abre, hasta regalarte todos sus pétalos , sintiendose feliz al verse libre, bella y completa... No podía ser de otra manera, al recordar esa silenciosa y humilde flor, hecha un derroche de esplendor. 
Normal que fuese recordada en mi caja de tesoros , en algún rincón de mis recuerdos, gritandome feliz con todos sus pétalos... Que para poder ver mas allá de las primeras capas de algo o de alguien, hay que apreciarlo, cuidarlo, sentir cuiriosidad y disfrutar del proceso... Y eso incluye a uno mismo.

Feliz lunes    


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