-Dragón voy a confesarte algo que jamás te he contado.-Su
cara se tornó marujil aguantando la respiración.
-Cuando iba al colegio…ya sabes estaban las princesas, los
deportistas, los que sacaban buenas notas, los gamberros los freakys y los
raros.
Pues bien…. He de decirte que … jamás sabrías a que grupo pertenecía
yo….
-¿Al de las princesas? – preguntó con los ojos saliéndose de sus orbitas, tratando de
visualizarme con una falda rosa y riéndome de la niña gorda.
-¡¡Nooooo!! - respondí indignada.-¡¡Al de los raros!!
-A bueno eso no es ninguna sorpresa, creo que si volvieses
al colegio te iba a tocar el mismo papel….
-Gracias hombre.
-De nada- Dijo el Dragón cogiendo su patito de goma y
dirigiéndose a la bañera.
-No uses mucho jabón, últimamente tus escamas están un poco resecas-
respondí un tanto molesta.
-¿Rara? ¿Yo? ¡Ha!
Pero si la verdad es que era la rara, pero no era la única
rara, había otra rara, se llamaba Ana y debe ser mi amiga mas antigua; Por lo
que se ha de haber ganado ya el cielo.
Ana y yo éramos y somos la noche y el día, ya lo éramos
entonces, ella era tímida y estudiosa, yo siempre me metía en líos y copiaba
sus deberes, ella se comida todo lo que
había en el plato del odioso comedor del colegio, yo escondía el bistec reseco
tras el radiador bajo su mirada de desaprobación, y suma y sigue, pero aun y así,
aun siendo agua y aceite, teníamos algo en común que tras 30 años de amistad seguimos
teniendo. A las dos nos encantaba escribir.
A la hora del recreo , llevábamos con nosotras lápiz y papel
y jugábamos a inventar historias, intercambiarlas y continuar la de la otra, y
fantaseábamos con ser escritoras famosas.
Pero incluso en eso éramos raras diferentes. Con métodos
totalmente distintos , ella científica y estructurada, yo espontanea y caótica,
pero eso nos venia genial, yo le
aportaba fuego y ella me amansaba, nos ofrecíamos herramientas la una a la otra
que nos ayudaba y nos ha ayudado a crecer. No solo troquedando palabras en un
papel, sino en la vida en general.
Ese pensamiento también me hizo recapacitar que quizas ese
refrán de “Dime con quien vas y te diré quien eres” no siempre tiene fundamento
o no debería, ya que si solo conoces a personas como tu, que saben lo que tu….
Pues poco más vas a aprender. Hay veces
que las amistades no han de ser personas parecidas a ti, si no todo lo
contrario. Que donde lo que una sea la extrema admiración por lo que
tiene la otra, un respeto absoluto y mucho cariño. Buscando diferencias es como
se aprende.
En ese momento el gato se subió a la estantería, perseguido por el ,ya no tan cachorro de bóxer, Lucas, que daba saltos y mas saltos tratando
de imitar a su hermano gatuno.
Bueno probablemente Lucas no pueda saltar jamás como lo hace Gontran pero algo es cierto, seguro que saltará más que cualquier perro.
Bueno probablemente Lucas no pueda saltar jamás como lo hace Gontran pero algo es cierto, seguro que saltará más que cualquier perro.
Magnifica redacción, plasmada con sentimiento y sencillez pero a la vez hermosa. ¡Me gusta ese dragón¡
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