jueves, 6 de febrero de 2014

UP IN THE AIR



La ventaja de viajar por trabajo es que los días de ausencia, puedo gozar de las sábanas de hotel (tengo un fetiche especial con las sabanas de hotel, el tacto por la noche me retorna un abrazo cariñoso que me hace incluso ser infiel a las sabanas caseras y dejarme acariciar sin reparo por ellas….)
El hecho de no estar en la oficina también es una buena noticia. Que tu mano no tenga forma de ratón y tu cuello  no se  enquilosile en una posición estática y poco saludable hacia la pantalla durante horas también resulta una bendición.
Pero no todo es maravilloso...

 Existe un intervalo de tiempo entre el lugar de origen y el destino que convierte los viajes por trabajo en menos placenteros. Ese lugar son los Aeropuertos. 

Sin querer emular a George Clooney en “Up in the air”, los aeropuertos realmente se han de estudiar, anilizar sus flujos de gente y conocerlos bien. Ser rápida, reslutiva y cumplir unos parametros básicos para sentirte lo menos oveja posible. 

¿Oveja? Si he dicho oveja, y si no piensen en los azafatos de … Por ejemplo Vueling ( con lo  fresca que es su publicidad... No habeis visto a los azafatos de  vueling a las cinco de mañana … les importa poco que tengas un buen vueling  … Pero muy, muy poco. De hecho hay algunos que desearían que tu avión se estampara, lo puedo sentir en sus miradas dolidas y lagañosas, aunque también lo entiendo, si yo tuviese que embutirme en una americana de amarillo "M de McDonald’s" también  estaría de mal humor.
En fin… llegamos a las cintas, cintas que te marcan el camino hacia el control; da igual que seas la única persona que este en todo el aeropuerto, eso no importan, las cintas estarán dispuestas en un zigzag que convierte los 2 miseros metros que hay hasta tu objetivo en 2 km. de siseado , miras al azafato y notas como medio sonríe sádico, su único poder de vengarse es ese momento de verte cual oveja, obedeciendo y caminando de izquierda a derecha sin sentido hasta conseguir llegar a la zona de control …
Esta bien  avancemos. Llegamos al “control “ una de mis zonas favoritas del aeroùerto, en esta zona después de haberte humillado en las cintas , la gincana continua y una de dos: O llegas con chanclas y una camiseta o te toca desnudarte, zapatos( OJO CON TENER UN TOMATE EN EL CALCETÍN), cinturón, reloj, cadenas, pendientes, chaqueta, ¡saca el portatil de la maleta! ,ponlo en una bandeja aparte, y desde luego NI SE TE OCURRA LLEVAR UN CHAMPÚ ( Por lo visto es una arma de destrucción masiva y yo sin saberlo, aunque  tras cinco labados con el del Mercadona de un euro un poco de razón tienen) ¡todo fuera! LA PROXIMA VEZ VOY A IR EN PIJAMA ( ¿Soy la única que se ha enterado que Bin Laden está con Bob Espoja en el fondo del mar? ¿Por qué he de seguir pasando por este estúpido ritual? ¿Qué será lo siguiente?, ¿caminar sobre las brasas haciendo el pino puente con maracas?
No lo sé, temo que más se les puede ocurrir para martirizarnos, pero desde luego, cada vez es más complicado viajar. Lo bueno es que al llegar a tu destino siempre tengo unas deliciosas sabanas de hotel esperándome.

¡Buen viaje!

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