Durante toda mi vida jugué a un juego muy peligroso para la salud mental… Al principio de cualquier trabajo, proyecto, relación, amistad… me hacía un esquema mental de lo que iba a ocurrir, casi como un plan trazado.
Un informe redactado que enviaba por fax imaginario a mi futuro, que sentado en su despacho alumbrado solo por una luz de escritorio y un lápiz en a oreja lo miraba, hacia una pelota con el y lo tiraba a la basura, moviendo la cabeza de un lado al otro, cogiendo el lápiz y escribiendo lo que iba a ocurrir de verdad.
Naturalmente me decepcionaba porque no era lo que yo quería, mis expectativas eran mas altas, o simplemente distintas y por lo tanto me sentía impotente o rabiosa porque las cosas no salían como yo quería.
Un día abrí la puerta de mi casa y me encontré una caja llena de interrogantes dibujados y al abrirla apareció la Sorpresa rodeada de juegos de artificio.
Me dijo: ¿¿A que no te lo esperabas?????
¡Y era cierto! era algo que no me había planeado ni tratado de controlar, y ¿sabes? Me gustó, dejarme sorprender.
Apartar de ese momento deje de enviar fax a mi futuro y siempre que abro la puerta y me encuentro una caja con interrogantes la abro con cuidado y curiosidad.
Y es que he descubierto ya hace tiempo que es mejor no crearse expectativas, no esperar nada de nadie y controlar hasta donde puedes y debes controlar.
Os deseo muchas cajas de buenas sorpresas llenas de interrogantes.
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