-
¡Ahh! Asturias… - decíamos el Dragón y yo
mientras contemplábamos un prado verde y acariciábamos una vaca que nos miraba
con cara de vaca. Es decir de lado , rumiando y pensando “Vaya par de pringados
de ciudad”
El tiempo era divino, un sol espléndido calentaba lo
suficiente como para olvidar que ya era octubre y nos permitía disfrutar sin
fin de la preciosa vaca, que de repente defecó una enorme plasta mientas seguía masticando.
-
Incluso el olor de estiércol vacuno te recuerda
que estamos en medio de la naturaleza, Sin contaminación, sin ruidos de coches.
Es maravilloso - dijo en dragón sin dar importancia al enorme regalo que la
vaca le hacía a la madre tierra.
“Que daño está haciendo la moda neorural” pensó la vaca mientras seguía
mascando sin cesar.
Unas nubes se aproximaban pero
absortos en el paisaje y en nuestra felicidad solo notábamos una pequeña brisa
que nos obligó a ponernos las chaquetas, cuando ya estábamos abrochándolas de
repente, el sol dejó de esconderse y cayó plomizo sin previo aviso, así que
nos las sacamos y continuamos con nuestro paseo ya alejados de la vaca que seguía
con lo suyo.
Unas gotas de lluvia comenzaron a
acariciarnos ¿de dónde habían salido? Volvimos a ponernos las chaquetas pero
dejamos joviales que esa brisa húmeda acariciase nuestro rostro y nos
contagiase de esa energía refrescante que parecía aportar, empezaba a hacer frio, no importaba, nada
importaba, estábamos en Asturias tierras celtas llenas de magia, ¿Qué podía salir
mal?
De repente un enorme trueno rugió
en el cielo haciéndonos volver a la realidad y sin previo aviso el día de sol
se transformó en una tormenta brutal que no nos dejaba ver dónde estaba la
vaca, ni el camino ni el coche.
-¡¡Corre dragón!!
El pobre hacia lo que podía con
sus cortas patas y su enorme barriga-
(-¿Wisheast acabas de escribir
que soy un gordo paticorto?
- Es solo una licencia poética dragón no te enfades eres un dragoncito
rosa precioso.
-¿Licencia poética? Vaya Neruda estas hecha, (Porqué no hablas de tus
kilos de más también?
-Pues porque soy la que escribo y hago lo que quiero. )
Como decía mi “adorable dragón
rosa” y yo corrimos hacia el coche sin prácticamente visión ya que una bruma
espesa lo cubría todo.
-Wisheast ¿Sabes dónde está la
vac….?-pregunto antes de estrellarse contra el enorme animal que seguía comiendo
pese a la inclemencias del tiempo y pensaba “Será imbécil el urbanita”
-¡¡No la ve...!!- dije un segundo
antes de resbalar con la enorme plasta marrón que aún estaba caliente.
Al llegar al coche como pudimos
ya en el interior de repente la niebla se dispersó, la lluvia cesó, me pareció
que se oía El Concierto de Primavera de
Vivaldi y el sol volvió a brillar en un
cielo azul.
Veíamos perfectamente el prado,
la vaca y la caca de la vaca… mientras esta parecía reírse a carcajadas eso sí
sin dejar de rumiar.
En fin que Asturias nos sigue encantando pero hay que tener
en cuenta una cosa, siempre, sea verano, invierno o fiesta de guardar hay que salir
con camiseta, chaqueta, paraguas y si se puede flotador, porque nunca se sabes lo
que puede pasar.
Lo último que recuerdo de ese día
fue que la vaca pareció mirarnos nuevamente y desperdirse de nosotros
diciéndonos
“Bienvenidos al norte, pringados”
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