-Wisheast, creo que deberías dar las gracias a quien
corresponda de ya sabes que.- me dijo el dragón con un guiño
-
y quizás explicar los porqués de nuestros
silencios.-porseguí.
-
Si Wisheast, creo que tienes trabajo- respondió
el reptil rosa tendiéndome el MacBook.
Y así me preparé un té, y mientras oía los ronquidos de
Lucas al otro lado del sofá. Decidí contarte mi querido lector algo que ya
sabes en realidad, porque seguro que si miras hacia atrás a ti también te ha
pasado.
Sin entrar en detalles ( que no hacen ninguna falta) unos
meses atrás mi vida se convirtió en una montaña rusa, laboral y personal, y
entre jefas bipolares y amores y desamores, una de las cosas que más me hizo
caer en el abismo de la incertidumbre fueron las amigas. No todas
evidentemente, de hecho solo dos, a una la quería como a mi hermana a la otra
sinceramente tampoco me costó demasiado olvidarla, pero ambas de una manera u
otra me traicionaron y me hicieron sentir que mi querido dragón no era mas que una
estupidez que no interesaban a nadie. Durante un tiempo pensé , el dragón y yo paseábamos
en silencio.
-
quizás debería cerrarlo dragón, demasiados son
los que lo leen y cuanto más te expones, mas fácil es que te hagan daño. Además
quizás es cierto quizás son solo tonterías. Los que me quieren o quieren saber
de mi si que lo leen pero a quien le puede interesar la vida de un chica y un dragón.
-
Un resoplido salió de mi amigo cabizbajo sentados en la
puerta de nuestro palacio de cristal que tenia las paredes enteladas y sin
brillo.
-
es tu decisión- dijo el dragón triste.
Me resitía a cerrarlo pero también a troquelar palabras con
el teclado.
Un día con la mirada todavía gris vi que tenia una nueva solicitud
de amistad en Facebook, una tal Alexandra
( que en realidad no se hace llamar así pero ya sabemos en
el cibermundo todos hacemos lo que nos da la gana -¿verdad Dragón?
-verdad yo en realidad me llamo…. O bueno da igual sigue llamándome
Dragón )
bueno como iba diciendo una tal Alexandra se coló entre mis
amigos de Facebook y un día con la ilusión de una niña el día de reyes me
confesó que le encantaba mi blog y por eso me había pedido amistad.
¿Una persona que no me conocía de nada y cada mañana se
levantaba queriendo leer mi blog? Poco a poco, las sugerencias de otras
alexandras, de amigas que me pedían despertar a dragón hizo que siguiese preguntándome
¿Por qué? me acordé de que en alguna ocasión me habían dicho que el dragón les
hacia sonreír, o les hacia pensar, o las dos cosas o simplemente podían saber
de mi los que estaban lejos y me echaban
de menos.
Y así entre todos despertasteis al dragón, me olvidé de las
malas lenguas y recordé que a veces las cosas
mas importantes de la vida son las que hacemos sin saber que las estamos
haciendo. Como Alexandra que ruborizó a mi Dragón y le hizo ponerse pesadísimo hasta
que volví a coger mi pluma cibernética para volver contigo, mi muy querido
lector.
PD: Gracias Alexandra, Belén, Ana, Leti, Aida, Ai, Puri, Quili, ladrón
de galletas de dinosaurio, dama de ojos oceánicos, freaks and cools, Vizcaino,
Pei, Franchute, incluso algún argentino loco de Washignton que espero esté por ahí también, alguno perdido por Ciudad Real...…. Y toooooodos los pesados que me habéis zarandeado.
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