Y mi madre debió perder la respiración en ese mismo instante. Mientras miraba irremediablemente como se quemaba la carne en la sartén sin poder hacer más, que imaginarme en paro.
SÍ, de pequeña quería ser actriz y ganar un Óscar, pintora y exponer en el Prado, cantante y largarme de gira...pero sobre todas las cosas del mundo... Quería ser escritora. Y no imaginaba firmar autógrafos en mis portadas , curiosamente lo que más me excitaba de ese escenario imaginario era el incesante teclado, revolucionando el silencio con esos golpes secos de las antiguas máquinas de escribir ,que hoy resultan tan retro ,pero que en ese momento eran lo mas.
Imaginaba una habitación chorreando libros por todas partes , pero dos concretamente encima de mi escritorio. El libro de poemas con el que mi querida abuela me enseño a leer ,con la más infinita de las paciencias y uno antiguo y un poco curte de sinónimos y antónimos, que me enseñó a decir la misma cosas de todas las maneras , bueno casi todas ... A decirlas con la mirada aprendí yo sola.
Así crecí entre diarios adolescentes que ahora me hacen reír, textos inmostrables, relatos, poemas y muchos principios sin fin... Hasta que sin mas un día tuve algo que escribir , recordé aquello que me dijo mi abuela "escribe sobre lo que conozcas wisheast" y si, algo tenia que decir , algo quería regalar al mundo ....y escribí largo, sembrando palabras , a la espera de verlas ramificar por toda la hoja , y lo hicieron, por primera vez lo hicieron.
Entonces un bohemio ,con sombrero borsarino , siempre sentado tras un escritorio lleno de papeles emborronados de tinta, que hay dentro de mi cabeza , miro por la ventana y afirmo " voy a escribir un libro" mientras brindaba con la nada su vaso de wisky ,le encanta beber whisky. ( no se porque lo imagino así , yo prefiero los gin tonics).
Y sin mas empecé a teclear , y seguí tecleando sin parar, con los ojos como platos y una sonrisa de satisfacción porque habían nacido ya mis personajes, esta vez si , esta vez lo iba a conseguir. Hubo de todo en esos meses, algún que otro síndrome de hoja en blanco. Mil de palabras borradas y "vuelta a empezar...." Pero esta vez pude poner la palabra fin .
Un punto y final escrito con un dedo indice certero en el teclado , causando el mayor estruendo posible , declarando con una satisfacción sin medida , que ahora ya no era una escritora huérfana , un libro recién nacido me había creado.
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