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Hace años me presentaron ,vía facebook , a alguien que tenía que conocer
porque nos ibamos a llevar mas que bien. Accedí a su invitación e
intercambiamos algunas palabras pero ahí se quedo, entre mis contactos, en
silencio, de vez en cuando intercambiábamos algún " me gusta" con el
positivo dedo azul señalando al cielo y continuábamos a lo nuestro .
He de decir que en ese momento no presté demasiada atención. Pero sin saber
ni tan siquiera porque, fue pasando todas mis cribas de la agenda, y ahí seguía
ese chico del sombrero borsarino y camiseta de rayas, que arrastraba una
guitarra en la mayoría de sus fotos.
Un día empecé a fijarme que andaba en tierras sudamericanas , ilusa de mi
entendí que estaba de vacaciones , pero con el paso de los días , las fotos y
comentarios me decían que algo mas estaba tramando ese gallego. Comencé a
caminar con el por Argentina, y tras su llegada a Rosario, le pregunté qué
estaba haciendo por esas tierras durante tanto tiempo.
Resulto que estaba de gira, resulto que su guitarra no era un hobby, resultó
que era un soñador que sabía lo que quería y quise oír alguna de sus
canciones.
Mientras en la oficina, trataba de hacer una ilustración que hacia 2 días no conseguía acabar (ausencia creativa supongo) introduje mi desconector de
banalidades, también denominado “ auriculares” para ver si conseguía elevar mi
mente al mundo de las deidades creativas
, también denominadas “musas” y comencé a escuchar sin tener ni idea de lo que
me iba a encontrar , de mi querido amigo cibernético.
Una humilde guitarra era acompañada por la batería, en una introducción
instrumental que hizo que el ratón de mi portátil se quedase parado,
imagino que el también quería oírla y prestar atención a los acordes.
Me quede mirando la pantalla mientras alguien que había sido anónima
durante 3 años cobro vida, tejiendo versos con su voz algo ronca, algo
dulce, algo fuerte, algo ... bueno ocurrió , me cantaba al oído, susurrante. Con un giro seco del ratón comencé, a dibujar
de nuevo al compas de su historia , mimaba sus cuerdas vocales, punteándolas
como si fuese las de su guitarra y con destreza me hablaba , cercano, alegre, algo
canalla , dándole volumen y color a sus palabras , dibujándome una sonrisa , contándome una historia de 5,01
minutos.
Al salir a la calle continué escuchándole
en el Iphone , las plantas de los pies convertían el asfalto en una batería improvisada, mis manos fingían golpear una
pandereta ,en una cadera que no podía dejar de contonearse , ante la mirada seria y gruñona de un
encorbatado y grisaceo , cincuentón, que como yo esperaba a que el semáforo se
pusiera en verde. Y al que solo le dedique una sonrisa que rezaba “'tío no
sabes el concierto que te estas perdiendo¡”.
Y así conocí por fin a Xabier ... al compás de sus versos, al ritmo de una
guitarra vieja que ya ha visto mucho y sonríe, porque sabe que le queda mucho
mas por ver.
Yo de vosotros me quedaría con el nombre de Xabier Perez, un creador de
ilusiones que ya ha triunfado, solo por haber puesto su alma al servicio de
su sueño.
Me gusta pensar que dentro de mucho
tiempo cuando se hable de uno de los grande , yo pueda decir que le conocí
mucho antes de que llovieran los flashes y las visitas al Hormiguero. En
una pequeña oficina , un dia cualquiera, mientras me cantaba solo a mi.
Por cierto Xabier, gracias , la ilustración me quedo maravillosa ;)
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