Desperté por la mañana con mi acostumbrado y
querido silencio, el gran ventanal me recuerda el invierno que tengo pero esta
vez guiñándome el ojo, todo está dibujado en blanco . Hoy, las hojas de la
arboleda resbalan agua helada , espesa y ligera abrigando el paisaje con piel
de algodón. El cielo gris , amenaza con regalarnos más y sonrió. Sería un buen
regalo.
Sobra decir que hace frio al abrir la ventana con
las dos manos golpeando las puertas contra la pared de mi refugio , apoyada en
el alfeizar permito que el frio deje mi nariz sin sentido y de tono
rosado.
Las palmas de las manos ,atrevidas , se
alejan de la habitación y piden al cielo ser mojadas comprobando que la
temperatura es baja, me susurro una sola
palabra "Hazlo"
Corro por las escaleras como si fuese el día de
Reyes y abro la puerta.
Ahí esta¡ Nieve¡
esponjosa, fría, quieta , me acerco con respeto, las yemas de mis dedos la acarician
dejándose abrasar por su frio , recojo un puñado pálido entre mis manos , lo
moldeo en esfera hasta que esta compacto y lo dejo encima de la mesa, repito una y otra vez la operación , transformándola
en un individuo algo gordinflón con nariz de rama de magnolia y ojos azabache
de piedras olvidadas en el jardín.
Mientras
esculpo mi "David" particular , sintiendo mis manos frías y punzantes
, anónimas ya de sensibilidad . Que fácil que es regalarte felicidad simplemente por aprovechar un humilde
momento sin pretensiones, sorprendida en una mañana invernal.
Pese a que no me guste el frio, en todo se puede
descubrir algo bueno que hacer , jugueteando con el presente finito que dura lo
que un instante. Instante que no volverá y que has de aprovechar. Aun siendo
mínimo, existe y al igual que cada grano de café que se exprime para tener un
caldo marrón , es importante , sin el no sabría igual el primer sorbo. Así
es todo , lleno de diminutos granos de café
a reunir .
La lluvia empieza a apretar de nuevo, y la tos me
regaña por la travesura, así que vuelvo a entrar no sin antes despedirme de mi
muñeco recién nacido, que durará lo que el frio quiera que dure. Me preparo una
enorme taza de café hecha con infinitos granos tostados, estornudo un par de
veces pero me sonrió mientras miro por la ventana y agradezco la simplicidad de permitirme hacer
todo lo necesario para reunir el mayor numero de momentos felices , sean mas o
menos sonoros … tienen derecho a existir y a su reconocimiento.
Carpe diem.
Domingo por la noche fiebre fijo!
ResponderEliminarjijiji
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