Por fin estaba sola , me gusta la buena compañía, pero necesitaba estar sola, una soledad decidida y dulce que me permite pensar. Y por un rato disfrutar de mi melancolía , como buena romántica también me gusta en su justa medida.
Me deslizo por el camino de bosques que hay en la puerta de mi casa, camino con rumbo a mi lugar mágico, donde siempre encuentro belleza silenciosa, que me permite pensar.
Oigo el roce de mis botas en la tierra , el viento hace bailar las hojas otoñales , si no fuese por eso parecería que el mundo se ha parado solo para mi.
No hay nada mas ni nadie mas , y sonrió, recuerdo que sigo siendo una buena compañía y eso me complace, cada paso es un pensamiento de buenos y malos momentos , trato de no analizarlos y solo organizarlos , no siempre lo consigo . Paso por delante de la ermita de Santa Cecilia, sigo mientras recuerdo como jugaba de pequeña en los alrededores , de eso hace unas 10 vidas.
Y por fin veo la valla oxidada y abierta de la finca abandonada, entro y todo sigue como en mi ultima visita, un sillon roto , un tobogan de plástico medio desmontado y la hierba creciendo salvaje en cualquier rincón .
La casa sigue ahí, sigue triste porque ella no ha decidido esta soledad, la abandonaron y cerraron sus ventanas con piedras, ya su interior no ve la luz del sol, ni el viento refresca sus paredes. Pero se alegra de verme de nuevo. Mientras yo jugueteo con la idea de comprarla.
En sus tiempos debió ser una casa señorial .Si entorno los ojos y me concentro puedo ver a mujeres con corsés tomando el te y a niñas con vestidos de volantes, con muñecas de porcelana. Incluso afinando el oído, el relinchar de los caballos en las cuadras.
Enciendo un cigarrillo sentada en el viejo porche , hace frió , y cuando el humo acaba de salir mi aliento sigue su mismo camino y derrite el aire helado transformándolo en un suave vapor. El eco mudo de la casa me habla atraves de su pintura desconchada, desde las grietas de sus paredes y grita : Carpe Diem. Todo acaba desapareciendo al final.
Lo dice en un grito ahogado, por la caprichosa hiedra que trepada por sus paredes día tras día gana terreno , sabiendo ambas que acabará haciéndola desaparecer. Para unirse de nuevo con la misma tierra que la vió nacer.
Respiro hondo , Carpe Diem Wisheast.... Tempus Fugi,.....
Ya no pienso mas , ya mi sabia y vieja amiga me recuerda lo que debía recordar.... empieza anochecer , me despido con un guiño, acaricio su barandilla de piedra, y simplemente en silencio me voy hasta mi siguiente paseo. Recordando que no debo pasar por la vida, sino vivirla.
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