En uno de esos viajes en autobús en los que te enchufas el MP3 y te pierdes
por los rincones perdidos de los recuerdos, me vino a la memoria una reunión de
amigas en un restaurante, podíamos estar hablando sobre cine, sobre recetas de cocina,
sobre el último ligue de cualquiera de nosotras o un interesante artículo de
Cosmopolitan (que es la Biblia de la mujer urbanita) pero nooooo…. No
hablábamos de temas tan banales. No me preguntéis como llegamos a hablar de las
muñecas que nos gustaban de pequeñas, pero así era.
Personalmente yo prefería los juegos de construcción, especialmente esos de
madera que tienen los colores del parchís y poco más, ya sabéis, esos que
nuestros padre compraban para hacer bulto el día de reyes y que estaban justo
al lado de la enorme cocinita que venía con tooooodos sus accesorios y que le
había costado un pastón a tus progenitores pero que tú ni mirabas, pues los
rectángulos, círculos y triángulos de colores en 3D te parecían mil veces más
fascinantes.
Y como siempre me voy por las ramas, ¿por dónde iba? (mp3, restaurante, Cosmopolitan…)
a si ¡¡¡ ¡¡¡¡MUÑECAS!!! Pues eso , estábamos hablando de nuestras muñecas
favoritas y enseguida se crearon 2 bandos muy definidos, unas hablaban
cariñosamente de sus queridas Barriguitas (yo entre ellas) y otras de la
supermegaguay Barbie, cada una defendía con uñas y dientes a sus trozos de
plástico favorito cuando comencé a ver la escena desde lejos, vía a mis amigas
de pelo largo y lacio con medidas de infarto hablando de la todopoderosa Barbie
mientras las curvilíneas defendíamos mas a las adorables Barriguitas, eso me
hizo pensar que nuestro destino había sido forjado mucho antes de que la
pubertad apareciese vestida de rojo diciéndonos “Hola , soy tu menstruación “ (con
una sonrisa sádica.)
¿Me he vuelto a perder? (pubertad, menstruación, sonrisa sádica,…) ¡¡Ah,
eso¡¡¡ Pues bien, ahí me encontraba, en el autobús analizando porque las “clan
barriguitas” teníamos tendencias circulares mientras la “hermandad Barbie” eran
verticales… Aún a día de hoy no lo entiendo, pero es una realidad respaldada por
estadísticas realizadas por mi misma y con muy poquitas excepciones así que
supongo que será cierto esa famosa frase de “yo soy yo y mis circunstancias”
que en este caso modificaría diciendo “ yo soy yo y mis muñecas” a la pregunta
que llegué fue ¿ todo influye? ,¿ Que cada cosa que decidimos altera nuestro
destino incluso las aparentemente inocuas?,…es posible , y da un poco de miedo
la verdad, empiezo a entender porque soy tan indecisa. ¿Que terrible catástrofe
podría ocurrir si en lugar de escoger un comic de Stan Lee escoges un
libro de Corín Tellado? ¿Que efecto mariposa causaría si en lugar de tacones me
calzo unas Converse? ¿ Podría causar un big bang vital si escojo un Chico Ken en
lugar de un canalla Lobezno? La respuesta es sí, todo influye en pequeña o gran
medida. Personalmente prefiero a Stan Lee y las converse .... respecto al chico
... imagino que no hace falta ni que responda... y si, sigo diciendo que las
barriguitas son mucho mejores que la súper Barbie aunque eso conlleve tener que
ir por el mundo siendo un tapón de 1.60 con líneas curvas, pero sobre gustos no
hay nada escrito.
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