-Si algo tiene el confinamiento es que nos ha dado tiempo
para hacer lo que queramos.
-Yuhu¡¡ dijo el dragón sacando todo lo que encontraba del
armario en busca de …
-¿Dragón que haces con el equipo de equitación?
-Has dicho que podemos hacer lo que queramos bueno pues voy
a hacer algo de hípica¡¡¡ ¿Dónde están las vallas?- dijo mientras buscaba entre
las perchas de ropa.
-Dragón este armario no es el de Narnia.
- Soy un dragón rosa de 50 cm que vive en tu bañera y come Nutella… ¿y
no has podido imaginar que guardo todo un campo de hípica en el ropero? Estas perdiendo
facultades wisheast. Pero no pasa nada con un par de palos de escoba lo arreglo ¡¡bicho negro ven aquí que te voy
a poner una silla de montar¡¡
- ¡¡Dragón casi todo lo que queramos!¿ vale¡? CASI todo. ¡ No
se puede hacer una competición de hípica en el pasillo ni en medio de una
cuarentena!. – grité mientras mi pobre perra Ami ( el bicho negro) buscaba la forma de quitarse
el sillín del lomo.
Pero si es cierto, el confinamiento nos pilló sin tiempo de
hacer planes, el día UNO nos sentamos en el sofá de nuestras casas, con la
noticia de no poder salir , pero con todo el tiempo del mundo y nuestra cabeza empezó a buscar actividades
que siempre habíamos dejado para mañana. Las clases de japonés, limpiar el
congelador, llamar a todas las personas que queremos para ver como están.
He de reconocer que mi congelador sigue teniendo la misma
escarcha y que mi vocabulario de japonés
se resume a Yakisoba y Sushi. Pero lo
que sí que he cumplido es lo de llamar cada día a alguien a quien quiero , he
tenido más vida social en estos días que en todo el año junto.
Ayer tocaba una de mis personas preferidas, alguien con
quien incluso cuando suena el tono de
llamada y todavía no he oído su voz ya me hace sonreír. Mimi es lo más parecido a Brigette Jones que te puedas
imaginar, una urbanita empedernida en cuya sangre debe correr algo de asfalto y
que creo que aun me debe algún tupper de cuando hacia comida de sobra para que
comiese guisos en lugar de comida procesada.
Mi maravillosa loquita Mimi. Os pongo en contexto para que la sorpresa
de su transformación durante la cuarentena me hiciese pensar que realmente el único virus que corría por ahí no era el
Covid ,de los cojones, sino que había alguna otras cosas que transformaba a la
gente.
-¡Me he hecho un
huerto urbano¡- me dijo emocionada.
De repente no puede más
que visualizar su apartamento en el corazón de barrio de pueblo seco de Barcelona
y preguntarme en qué lugar de su casa podría
haber ubicado un huerto.
-
Mujer, pues
en mi balcón- me dijo como si fuese lo más natural. Y lo seria si no fuese porque
su balcón tiene el tamaño de un cajón de ropa interior.
-
Que sí, he
plantado rábano, pimientos y fresas y en cuanto acabe el confinamiento compraré
más tierra y voy a poner lechugas y quizás
calabacines.
- -… … … … …………………………………………………….
-esa fue mi respuesta, estaba demasiado ocupada haciendo un plano imaginario de
las medidas del balcón y del volumen de todos los vegetales que me había dicho.
-Vamos
a ver si yo voy con mi carro de la compra al súper y compro todo lo que me has
dicho que tienes en el balcón, lleno el carro y mi carro no cabe en tú balcón, eso sin
contar con la tierra. ¿Cómo va a caber todo eso ?
-Claro
que si los rábanos son pequeños mujer.
-Mira cielo vives en
un edificio que tiene más de cien años, ha soportado tempestades, cambios climáticos,
algún que otro terremoto e incluso una Guerra Civil pero yo no estoy segura de
que tu balcón soporte tu huerto urbano.
De repente no pude evitar
visualizar el balcón derrumbado en el suelo de la calle enterrado entre miles
de rábanos y pimientos.
-
Tú no te
preocupes que la recolecta es ahora en septiembre. -¿recolecta? ¿había dicho la
palabra “recolecta”? ¿Recolecta no es para campos superiores por lo menos a los
2 palmos?
- -A bueno
entonces me quedo más tranquila – dije con cierto cinismo. – pero hazme un
favor no pongas más macetas, llama a tu vecino y pon una sucursal pero por el amor de Dios deja de plantar que aún existen los
supermercados.
Se nos esta yendo de las manos, incluso había hecho pan, en
su vida había cocinada nada con más de 3 ingredientes y le da por ¡¡ hacer pan !!!
Realmente la cuarentena nos estaba cambiando a todos y a
todo, era más fácil encontrar heroína que
levadura, las mascarillas se estaban poniendo de moda y no sería raro
que saliese una colección de guantes de látex con estampados en las próximas
colecciones de verano.
Pero fue ayer cuando fui
consciente de que si mi amiga había sido capaz de convertirse en una
agricultora urbana y de hacer pan, era definitivo: la vida jamás volvería a ser
como la conocíamos.
Al dejar de teclear vi que Ami corría hacia mi huyendo de
algo y tras de ella el dragón vestido de
cowboy hacia girar una cuerda anudada en el aire.
- -¿Y ahora qué?
- - ¿Que pasa nunca has visto un espectáculo de rodeo?
- - Dragón¿ Que te parece y hacemos un huerto? Creo que
será más sano para todos .
Moraleja :Cread pero
con precaución.
No te podrás quejar de que te aburres teniendo cerca al frasco de nutela rosa que habita en tu bañera,me encantan estas historias
ResponderEliminarUna nueva muestra de lo que es un relato fresco e imaginativo.Humor a raudales para tiempos difíciles. Vas muy bien, Wisheast.
ResponderEliminarFirmado: el maldito corrector.
Jajajajajaja que bueno!
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